Scroll Top
19th Ave New York, NY 95822, USA
01 | Num.330
Asamblea para la constitución de la Provincia San Juan de Dios de España

Discurso de apertura:
Avanzando en la Hospitalidad que nos une

Jesús Etayo Arrondo O.H.
Superior General de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Roma

Queridos Hermanos, Colaboradores, Voluntarios y todos los miembros de la Familia de San Juan de Dios de España,

Es un placer para mi dar inicio a esta Asamblea para la constitución de la Provincia San Juan de Dios de España, que unirá en una sola Provincia las tres que desde 1934 han existido hasta la actualidad.

Llegamos a este momento esperado desde hace tiempo, para el cual nos hemos estado preparando y habéis trabajado con ahínco y decisión para que fuese una realidad. Agradezco a todos, el trabajo realizado durante el proceso, especialmente a aquellos que lo han liderado y organizado durante las diversas etapas de preparación, muchas gracias a todos. Desde el inicio quiero expresar todo mi agradecimiento al Señor que nos ha inspirado a través del Espíritu Santo y nos ha guiado y acompañado siempre junto con Nuestra Señora del Patrocinio, Patrona de la Orden y san Juan de Dios, nuestro Fundador, en cuya basílica que conservan sus restos, celebraremos los momentos más significativos de nuestra Asamblea.

Como sabéis la pandemia que todavía estamos viviendo, ha puesto un punto de suspense y de incertidumbre. De hecho, se consideró en su momento que era oportuno aplazar la fecha prevista para la Asamblea en el mes de junio de 2020. Aunque la pandemia sigue, pero con un horizonte de mayor esperanza por las vacunas que ya se están poniendo, de acuerdo al Consejo Delegado, tomamos la decisión de no hacer más aplazamientos, como explicaba en mi carta de convocatoria de esta Asamblea. Nos hubiera gustado hacerla en condiciones normales, con la presencia y el plan previsto, pero decidimos hacerla igualmente, ya que la tecnología nos permite hacerlo incluso participando virtualmente más personas de las previstas. Se trata de presentar al Señor el trabajo realizado y leer los Decretos que constituyen oficialmente la Provincia, así como el nombramiento del Superior Provincial y su Consejo que asumirá el encargo de llevarla adelante. Como se dice en el programa se presentarán otras informaciones relativas al trabajo realizado en estos años de preparación y que será un material precioso para el nuevo Definitorio Provincial.

La pandemia no nos ha de paralizar, incluso con las graves dificultades que está causando a nivel sanitario, económico, social y espiritual. Con las debidas precauciones hemos de seguir adelante con la audacia que nos da el Espíritu y con el plan que nos ha señalado, poniendo nuestra fuerza en el Señor, a pesar de los temores e incertidumbres que podamos tener, como nos dijo el Papa Francisco el 27 de marzo del año pasado en la plaza se San Pedro vacía de gente: 

Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» (cf. Mc 4,35-40). 

No tengamos miedo, seamos audaces porque viene con nosotros en la barca el Señor. Seamos valientes como Abraham para salir de nuestra tierra a aquella a la que el Señor nos envía, confíados en que Él guía nuestro camino (cf. Gen 12,1-4).

Deseo recordar en este momento a todos los Hermanos y Colaboradores que se han contagiado durante la pandemia y quiero agradecer el esfuerzo y el compromiso de todos por servir y asistir a los enfermos de covid-19 y por proteger del virus a todas las personas asistidas en los centros residenciales, de salud mental, discapacitados, sin hogar, migrantes etc. Muchas gracias a todos. Y nuestro recuerdo entrañable, así como nuestra oración va por las personas fallecidas en nuestros centros, en particular por el Sr. D. Javier Riaño Benito, Colaborador del Hospital San Rafael de Madrid y que tenía la Carta de Hermandad de la Orden el 27 de marzo de 2020 y por nuestros seis queridos Hermanos: Pablo Montilla, Juan Boix, Enrique Velasco, Bernardo Zambrano, Arturo Muñoz y Manuel Luna, que fallecieron a consecuencia del virus a lo largo de 2020. Que el Señor les tenga a todos en su Reino y desde allí acompañen la nueva andadura de la Orden en España y en el mundo.

01 | Todo comenzó en Granada

Para la vida de nuestra Orden la ciudad de Granada es una referencia esencial, porque en ella comenzó todo y continúa siendo permanentemente un lugar de inspiración para revitalizar el carisma y la misión de la Hospitalidad según el espíritu de san Juan de Dios.

Sucedió así con el mismo Juan de Dios cuando todavía estaba en proceso de búsqueda: “y pareciéndole mucho trabajo andar siempre con el hato a cuestas y de lugar en lugar, determinó de venir a Granada y vivir en ella de asiento; y así lo puso por obra, y se vino a ella de edad de cuarenta y seis años, y tomó casa y puso tienda en la puerta Elvira, donde estuvo usando su oficio hasta que nuestro Señor fue servido de llamarle para que sirviese en otro mejor”.

Dionisio de Celi incorporó en la biografía del santo la leyenda, recogida después por otros autores y que refiere cómo Juan Ciudad cargado con sus libros y cerca de Gaucín vio a un niño descalzo que caminaba en su misma dirección, y aunque quiso darle su calzado vio que era demasiado grande y decidió cargarlo a sus espaldas, ya cerca de Gaucín encontraron la fuente, llamada de la Adelfilla y decidió descansar y refrescarse ambos viandantes. Mientras bebía Juan el niño rasgó una granada y dijo a Juan Ciudad Juan de Dios, Granada será tu cruz. Sintió aquellas palabras como una llamada de Dios, una premonición de lo que el Señor le tenía reservado.

Todo comenzó en Granada para san Juan de Dios, llegaría su conversión y su llamada a servir a Dios entregándose por entero a los pobres y enfermos, y a fe que lo hizo, hasta el último aliento de su vida. Allí puso la base y realizó su obra. Salía pocas veces, pero volvía pronto.

Nuestro camino de unificación de las Provincias de España también empezó en Granada. Quisimos venir aquí, para que el Espíritu del Señor y san Juan de Dios guiasen e iluminasen el camino que habíamos pensado iniciar. Fue el 31 de enero de 2015. Allí me reuní con los tres Superiores Provinciales y con la Comisión creada para iniciar la primera etapa, con Hermanos y Colaboradores de las tres Provincias, coordinados por el Hno. Julián Sánchez, Director de Juan Ciudad y con la ayuda del P. Miguel Campo, S.J.

En Granada comenzó el camino de la primera etapa. Fueron tres años intensos de trabajo por parte de la Comisión antes mencionada, con muchos encuentros y acciones de todo tipo, en torno a tres ejes fundamentales: Hermanos, Colaboradores y Estructuras. Se llevó adelante todo un proceso de estudio y de consulta a Hermanos, Colaboradores y Voluntarios sobre el modo de proyectar el futuro de la Orden en España. Fue en definitiva una primera etapa de discernimiento e iluminación, de información, de diálogo y de debate, valorando los pros y contras de los diversos caminos posibles. Fue una etapa fundamental que preparó las siguientes etapas y sobre todo fue un momento de escucha del Espíritu del Señor, el cual despertó en muchos Hermanos y Colaboradores la necesidad de abrir y profundizar el proceso iniciado en Granada.

Esta etapa finalizó con el Capítulo Interprovincial celebrado en El Escorial (Madrid) los días 15 al 25 de enero de 2018, preparado por la Comisión que guió el proceso desde los inicios. El Capítulo fue una muy rica experiencia de discernimiento espiritual que concluyó con la aprobación de crear una única Provincia para toda la Orden en España. Se había hecho un largo camino, con mucho trabajo, compartido y sinodal, un camino de discernimiento que concluía con una decisión, aprobada por una amplia mayoría de los Hermanos presentes. Fue un momento de audacia y valentía muy importante de los Hermanos y también de los Colaboradores allí presentes, en definitiva, de las tres Provincias y de toda la Orden.

Tomada la decisión comenzaba una nueva etapa, en principio de dos años, con el fin de preparar los elementos y estructuras necesarias para la nueva Provincia, con un sentido de discernimiento para buscar aquello que el Espíritu nos pide. En el Capítulo Interprovincial se aprobó un programa a seguir y algunas iniciativas para ser puestas en marcha de inmediato y se nombró un nuevo equipo, el Consejo Delegado, presidido por el Hno. Juan José Ávila, como Delegado del Superior General y formado por los tres Hermanos Provinciales y los Hermanos José Miguel Valdés y Luis Marzo, que al ser nombrado Maestro de Novicios de Europa fue sustituido por el Hno. Moisés Martín.

En estos tres años, debido al aplazamiento de la Asamblea por la pandemia, mucho es el trabajo realizado en esta etapa. Se crearon 17 grupos de trabajo que han hecho un gran esfuerzo para llegar al momento presente con el mayor número posible de temas e instrumentos trabajados y encauzados. Es verdad que la pandemia no ha ayudado mucho, más bien al contrario, y seguramente quedan algunas cosas por hacer y organizar, pero creo que lo más importante se ha realizado y estoy seguro que el nuevo Consejo Provincial completará lo que falta.

En todo este tiempo ha habido momentos de mucha implicación y compromiso y otros de dudas e incertidumbres, como sucede en todo camino espiritual y humano. Probablemente en algunas personas, Hermanos y Colaboradores, permanezcan todavía. Quiero decirles a todos que abran su corazón al Señor y que confien en Él y en el resultado de un proceso de discernimiento realizado con seriedad durante seis años. Les digo las mismas palabras que el Señor le dijo al profeta Jeremías cuando le llamó a su misión: «No tengas miedo, que yo estoy contigo» (Jr 1,8).

Al final de estas dos etapas, es aquí donde nos ha traído el Señor. Pero la cosa no termina aquí, Él nos sigue llamando.

Para la vida de nuestra Orden la ciudad de Granada es una referencia esencial, porque en ella comenzó todo y continúa siendo permanentemente un lugar de inspiración para revitalizar el carisma y la misión de la Hospitalidad según el espíritu de san Juan de Dios.

Sucedió así con el mismo Juan de Dios cuando todavía estaba en proceso de búsqueda:

“y pareciéndole mucho trabajo andar siempre con el hato a cuestas y de lugar en lugar, determinó de venir a Granada y vivir en ella de asiento; y así lo puso por obra, y se vino a ella de edad de cuarenta y seis años, y tomó casa y puso tienda en la puerta Elvira, donde estuvo usando su oficio hasta que nuestro Señor fue servido de llamarle para que sirviese en otro mejor”.

Dionisio de Celi incorporó en la biografía del santo la leyenda, recogida después por otros autores y que refiere cómo Juan Ciudad cargado con sus libros y cerca de Gaucín vio a un niño descalzo que caminaba en su misma dirección, y aunque quiso darle su calzado vio que era demasiado grande y decidió cargarlo a sus espaldas, ya cerca de Gaucín encontraron la fuente, llamada de la Adelfilla y decidió descansar y refrescarse ambos viandantes. Mientras bebía Juan el niño rasgó una granada y dijo a Juan Ciudad Juan de Dios, Granada será tu cruz. Sintió aquellas palabras como una llamada de Dios, una premonición de lo que el Señor le tenía reservado.

Todo comenzó en Granada para san Juan de Dios, llegaría su conversión y su llamada a servir a Dios entregándose por entero a los pobres y enfermos, y a fe que lo hizo, hasta el último aliento de su vida. Allí puso la base y realizó su obra. Salía pocas veces, pero volvía pronto.

Nuestro camino de unificación de las Provincias de España también empezó en Granada. Quisimos venir aquí, para que el Espíritu del Señor y san Juan de Dios guiasen e iluminasen el camino que habíamos pensado iniciar. Fue el 31 de enero de 2015. Allí me reuní con los tres Superiores Provinciales y con la Comisión creada para iniciar la primera etapa, con Hermanos y Colaboradores de las tres Provincias, coordinados por el Hno. Julián Sánchez, Director de Juan Ciudad y con la ayuda del P. Miguel Campo, S.J.

En Granada comenzó el camino de la primera etapa. Fueron tres años intensos de trabajo por parte de la Comisión antes mencionada, con muchos encuentros y acciones de todo tipo, en torno a tres ejes fundamentales: Hermanos, Colaboradores y Estructuras. Se llevó adelante todo un proceso de estudio y de consulta a Hermanos, Colaboradores y Voluntarios sobre el modo de proyectar el futuro de la Orden en España. Fue en definitiva una primera etapa de discernimiento e iluminación, de información, de diálogo y de debate, valorando los pros y contras de los diversos caminos posibles. Fue una etapa fundamental que preparó las siguientes etapas y sobre todo fue un momento de escucha del Espíritu del Señor, el cual despertó en muchos Hermanos y Colaboradores la necesidad de abrir y profundizar el proceso iniciado en Granada.

Esta etapa finalizó con el Capítulo Interprovincial celebrado en El Escorial (Madrid) los días 15 al 25 de enero de 2018, preparado por la Comisión que guió el proceso desde los inicios. El Capítulo fue una muy rica experiencia de discernimiento espiritual que concluyó con la aprobación de crear una única Provincia para toda la Orden en España. Se había hecho un largo camino, con mucho trabajo, compartido y sinodal, un camino de discernimiento que concluía con una decisión, aprobada por una amplia mayoría de los Hermanos presentes. Fue un momento de audacia y valentía muy importante de los Hermanos y también de los Colaboradores allí presentes, en definitiva, de las tres Provincias y de toda la Orden.

Tomada la decisión comenzaba una nueva etapa, en principio de dos años, con el fin de preparar los elementos y estructuras necesarias para la nueva Provincia, con un sentido de discernimiento para buscar aquello que el Espíritu nos pide. En el Capítulo Interprovincial se aprobó un programa a seguir y algunas iniciativas para ser puestas en marcha de inmediato y se nombró un nuevo equipo, el Consejo Delegado, presidido por el Hno. Juan José Ávila, como Delegado del Superior General y formado por los tres Hermanos Provinciales y los Hermanos José Miguel Valdés y Luis Marzo, que al ser nombrado Maestro de Novicios de Europa fue sustituido por el Hno. Moisés Martín.

En estos tres años, debido al aplazamiento de la Asamblea por la pandemia, mucho es el trabajo realizado en esta etapa. Se crearon 17 grupos de trabajo que han hecho un gran esfuerzo para llegar al momento presente con el mayor número posible de temas e instrumentos trabajados y encauzados. Es verdad que la pandemia no ha ayudado mucho, más bien al contrario, y seguramente quedan algunas cosas por hacer y organizar, pero creo que lo más importante se ha realizado y estoy seguro que el nuevo Consejo Provincial completará lo que falta.

En todo este tiempo ha habido momentos de mucha implicación y compromiso y otros de dudas e incertidumbres, como sucede en todo camino espiritual y humano. Probablemente en algunas personas, Hermanos y Colaboradores, permanezcan todavía. Quiero decirles a todos que abran su corazón al Señor y que confien en Él y en el resultado de un proceso de discernimiento realizado con seriedad durante seis años. Les digo las mismas palabras que el Señor le dijo al profeta Jeremías cuando le llamó a su misión: «No tengas miedo, que yo estoy contigo» (Jr 1,8).

Al final de estas dos etapas, es aquí donde nos ha traído el Señor. Pero la cosa no termina aquí, Él nos sigue llamando.

02 | Desde Granada el Espíritu del Señor nos llama a iniciar nuevos caminos de Hospitalidad

Después de seis años de camino y de discernimiento volvemos al punto inicial, volvemos a Granada, donde todo comenzó y desde donde hoy el Espíritu del Señor nos pide un nuevo inicio para seguir respondiendo con fidelidad a nuestra misión, bajo la guía del Señor y la inspiración de quien sigue fascinándonos, san Juan de Dios. Estamos de nuevo a los pies de sus restos, que siguen más vivos que nunca, y que quieren seguir viviendo en las manos y los pies, en la cabeza y el corazón de todos los que formamos la Familia de san Juan de Dios en España y en el mundo.

El Espíritu del Señor, que guía nuestra vida no nos ha traído hasta aquí de nuevo, para que nos quedemos parados, sino para que nos embarquemos con Él en un nuevo viaje o en una nueva travesía a través de una sola Provincia en España.

Será una travesía y un camino donde, a veces, volveremos a sentir el miedo, la incertidumbre e incluso el pánico de los discípulos en la barca con Jesús y hasta parecerá que en ocasiones el Señor no está o está dormido. En esos momentos deberemos recordar sus palabras ya citadas:

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?», o aquellas otras de Yahvé a Abraham: “Haré de ti un gran pueblo” (cf. Gen 12,3).

Es una gran oportunidad la que el Espíritu del Señor nos brinda para iniciar nuevos caminos de Hospitalidad. Pero hemos de aprovecharla y hemos de hacerla posible con el esfuerzo de todos. En realidad, el trabajo realizado a lo largo de seis años nos da una oportunidad para dar a la Orden en España un nuevo rostro según lo que el Espíritu del Señor y la Iglesia nos piden.

Una oportunidad que hay que seguir renovándola cada día, remando en la barca, con la ayuda del Señor, que nos irá indicando los caminos y nos protegerá de las amenazas e incertidumbres. Una oportunidad que nos permitirá ser fieles al sueño de san Juan de Dios, cuando estaba ingresado en el hospital Real:

“Y viendo castigar los enfermos que estaban locos con él, decía: Jesucristo me traiga a tiempo y me dé gracias para que yo tenga un hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de juicio, y servirles como yo deseo”.

Este es también nuestro sueño, esto es a lo que nos envía el Señor, como le envió a san Juan de Dios en su tiempo en Granada: a servir a los enfermos, pobres y necesitados con Hospitalidad, es decir con amor y misericordia, con compasión. El papa Francisco lo expresó así en el discurso que dirigió a nuestro Capítulo General:

“El samaritano cuidó del herido. El verbo “cuidar” tiene dimensión humana y espiritual. Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos su carne en la carne de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu. Tocar, para dejarnos tocar. ¡Nos haría tanto bien! Y entonces sus vidas se transformarán en icono de las entrañas de misericordia de Dios, configurándonos finalmente con Cristo compasivo y misericordioso, que pasó por el mundo haciendo el bien a todos (cf. Hech 10,38) y curando toda clase de enfermedades y dolencias (cf. Mt 4,23) […] Les pido que creen redes “samaritanas” en favor de los más débiles, con atención particular a los enfermos pobres, y que sus casas sean siempre comunidades abiertas y acogedoras para globalizar una solidaridad compasiva”.

Todo un programa para la Orden y la nueva Provincia. Es lo que hizo san Juan de Dios y lo que la Orden ha tratado de realizar durante casi 500 años, es lo que la Iglesia nos sigue pidiendo. Es el sueño que estamos llamados a hacer realidad en la nueva Provincia que ahora nace. En comunión con todos vosotros lo soñamos toda la Familia Hospitalaria de san Juan de Dios de todo el mundo. Esta oportunidad, que hemos de aprovechar para dar un rostro nuevo a la Orden en España, nos exige algunos compromisos que hemos de asumir. Indico tres fundamentales:

  1. Hermanos y Comunidades: La constitución de la nueva Provincia, es una gran oportunidad para revisar la vocación y la vida espiritual de los Hermanos y de las Comunidades de acuerdo a las exigencias y necesidades de hoy. Pero las cosas no se hacen solas, requiere un compromiso de todos los Hermanos. Una decisión para vivir la vida espiritual de forma intensa en un proceso de permanente conversión y una decisión para fortalecer la fraternidad comunitaria. Es una oportunidad para potenciar las comunidades y la vida comunitaria, aunque suponga algunos cambios e incluso el cierre de algunas, por escasez de religiosos. Es una oportunidad para revisar y potenciar la formación inicial y permanente desde nuevos paradigmas. Es la oportunidad para ser valientes y para decidir vivir con entusiasmo y pasión nuestra vocación y hacer visible el testimonio de Hospitalidad de los hermanos y comunidades. Este es el desafío más importante. No nos dobleguemos ante las dificultades, los afectos, el pasado y otras limitaciones. Si lo deseamos, si lo soñamos con los ojos de Dios, (recuerden los sueños de san José (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22), que fueron revelaciones de Dios), si lo queremos y si confiamos en el Señor que viene en nuestra barca, todo será posible.
  2. Misión y Obras Apostólicas: La Provincia única nos da muchas oportunidades para trabajar en común y llevar adelante nuestras Obras de forma más coordinada y más sostenible. Se ha trabajado mucho para preparar estructuras, criterios y orientaciones para ello, que deberán ponerse en práctica. Seguramente costará al principio, pero es una oportunidad que debemos aprovechar y que les pido a todos, Hermanos y Colaboradores, apoyen convencidamente desde el principio. Seguro que pronto se verán los beneficios en muchos ámbitos de la misión. La suma de tantas potencialidades nos ayudará a multiplicar las posibilidades de realizar el sueño de san Juan de Dios en toda su amplitud, llevando adelante nuestra misión de servicio y Hospitalidad a los pobres, enfermos y necesitados según el espíritu de san Juan de Dios y la filosofía de la Orden en los tiempos actuales. Especialmente importante en estos tiempos es la preocupación por hacer de nuestras Casas espacios seguros para las personas más vulnerables y para todos, así como ser responsables de forma integral con el medio ambiente.
  3. La Familia de San Juan de Dios de la Provincia San Juan de Dios de España: Todos la valoramos y sabemos que hemos de seguir promoviéndola. Es amplia y comprometida. Como he dicho, la nueva Provincia es una oportunidad para aprovechar mejor las potencialidades de los miembros de nuestra Familia en España, de modo que puedan poner su talento al servicio de toda la Provincia y de las Casas. Somos muy conscientes que el futuro que estamos afrontando con la constitución de la nueva Provincia, requiere del compromiso de todos los que formamos la Familia de San Juan de Dios, Hermanos, Colaboradores y Voluntarios, con la perspectiva de encontrar nuevas formas de participación de todos sus miembros en la vida de la Orden. Es por ello, una oportunidad para promover entre nuestros Colaboradores la Hospitalidad de san Juan de Dios vivida desde el estado laical, estando abiertos a que alguno pueda sentir la llamada a la vida consagrada hospitalaria. Nos decía el papa Francisco en su discurso al Capítulo General último

“Os animo a cuidar su propia formación (de los Hermanos), y a no dejar de formar a los laicos en el carisma, la espiritualidad y la misión de la Hospitalidad cristiana, para que también ellos tengan un cálido sentido de pertenencia y en sus obras nunca falte el testimonio de la espiritualidad que alimentó la vida de san Juan de Dios”.

Todo lo que acabo de señalar son compromisos de larga duración, que deberá ir abordando la nueva Provincia en esta nueva etapa. El próximo Capítulo Provincial se tendrá en mayo de 2022, dentro de poco más de un año y por tanto no se podrá hacer todo, pero se podrán ir poniendo los cimientos, además de iniciar algunos proyectos concretos, que el nuevo Gobierno Provincial decidirá.

03 | Construyendo el futuro con esperanza y en sinodalidad

«Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre y vete al país que yo te indicaré» (Gen 12,1).

Son las palabras del Señor a Abraham que he señalado antes. El Señor nos lanza al futuro, nos da nuevas oportunidades para llevar adelante nuestra misión de Hospitalidad, en línea con la encíclica última del papa Francisco “Fratelli tutti”: construir un mundo donde reine la amistad social y la fraternidad, cuidando a los más frágiles de la tierra.

Recuerdo también las palabras del Papa que nos dirigió a los asistentes al LXIX Capítulo General de la Orden, muy ricas de contenido en todo su discurso:

“Por favor, no hagan de la Orden Hospitalaria un ejército cerrado, un coto cerrado. Dialoguen, debatan y proyecten juntos, desde sus raíces, el presente y el futuro de su vida y misión, escuchando siempre la voz de tantos enfermos y personas que los necesitan, como lo hizo San Juan de Dios: un hombre apasionado por Dios y compadecido del enfermo y pobre”.

El camino realizado hasta llegar al día de hoy ha ido en esta línea que nos indica el Papa. Ha sido un camino de sinodalidad4 al que nos invita la Iglesia y que consiste en caminar juntos como camina el Señor, desde la fe, la sencillez, la humildad, la esperanza y el discernimiento, sin dejar a nadie atrás. Así hemos caminado durante este proceso y así hemos de seguir haciéndolo en la nueva etapa que ahora comienza. Cada uno tiene su misión y su responsabilidad, pero se trata de recorrer la nueva etapa que ahora iniciamos contando con todos, sinodalmente, escuchando a todos, discerniendo, tomando las decisiones que el Espíritu del Señor nos vaya indicando.

Para ello es importante mantener algunas actitudes por parte de todos. Son fundamentales la fe y la audacia frente al miedo y a la incertidumbre hacia el futuro. Es también imprescindible y va unida a las anteriores, tener viva la esperanza y la confianza en el camino que vamos a iniciar, porque es un proyecto querido por Dios y será acompañado y protegido por Él.

La crítica constructiva forma parte del camino sinodal y es necesaria para seguir avanzando, exige el compromiso y la disponibilidad de todos para que las cosas cambien a mejor. Sin embargo, debemos desterrar posturas y actitudes arrogantes, autorreferenciales, negativas y pasivas que desanimen y dificulten el camino.

Son también muy necesarias en este momento la serenidad, la prudencia y el “buen sentido común” con las personas, las formas y los cambios que deben hacerse. Todos debemos estar serenos pues las cosas se harán con una sana calma y prudencia, buscando lo mejor para las personas y para la Provincia, de modo que ayuden a llevar adelante la misión que el Señor nos pide […]

El lema de esta Asamblea es “Avanzando en la Hospitalidad que nos une”. Es muy acertado. La Hospitalidad que configura nuestro carisma y nuestra misión al estilo de san Juan de Dios, es el fundamento que debe guiar el futuro y la nueva Provincia de España. Es lo que da sentido a todo el proceso que venimos haciendo y es lo que nos hará crecer, desde la comunión y las demás actitudes que he indicado. Es bonito leer los testimonios de un buen grupo de Hermanos y Colaboradores que han participado directamente en la última etapa del proceso.

Todos resaltan el enriquecimiento que ha supuesto abrirse a personas de otras Provincias y descubrir cómo caminando unidos, la misión de la Orden se reforzará en el futuro. La Hospitalidad nos une a todos: a los Hermanos y a los Colaboradores, porque ofrece un nuevo horizonte para todos y porque en ella todos tienen cabida. La Hospitalidad es el todo de este proyecto, siempre abierta para innovar formas y modelos nuevos que respondan a las necesidades de las personas pobres y enfermas. La Hospitalidad al estilo de san Juan de Dios es la fuerza que nos regala el Señor para vencer cualquier división, duda e incertidumbre.

Conclusión: Granada será tu cruz

Queridos Hermanos y Colaboradores, quisimos iniciar nuestro camino en Granada y aquí cerramos una etapa llena de vida, de trabajo, de discernimiento y de Hospitalidad. Comenzamos ahora una nueva etapa y de nuevo queremos partir de aquí, de Granada, del lugar al que fue enviado Juan de Dios, para descubrir su vocación y realizar su misión.

En Granada descubrió los planes que Dios le tenía reservados, aquí se entregó por entero hasta desvencijarse al servicio de los pobres y enfermos, aquí asumió la cruz y cargó con ella, aquí encontró la vida plena y subió a la gloria para siempre. Aquí sigue presente, alentando y acompañando a sus seguidores, a todos nosotros.

Desde Granada hoy se nos envía a todos los que formamos la Familia de San Juan de Dios en España, a la Granada que está presente en cualquier lugar de España (y del mundo), donde somos enviados cada uno.

Allí encontraremos también el lugar y el espacio para seguir realizando nuestra misión. Allí, como Juan de Dios, encontraremos cada uno nuestro particular lugar donde hallaremos nuestra cruz, aquella que todo discípulo de Jesús está llamado a seguir y a cargar (cf. Mt 16,24), la cruz de la Hospitalidad, de la compasión y del servicio a los demás, la cruz del buen samaritano, que se hace prójimo de quien sufre y está necesitado, poniéndolo en el centro de sus preocupaciones.

Animo e invito a todos, Hermanos, Colaboradores y Voluntarios de la nueva Provincia de España a volver a vuestra particular Granada, para seguir realizando el sueño de san Juan de Dios. Por supuesto os invito también a venir a esta hermosa ciudad y a este santo lugar, para beber en la fuente de quien, llamado por Dios, inició e inspiró el proyecto de Hospitalidad, que dura hasta nuestros días, san Juan de Dios.

Concluyo agradeciendo de nuevo a todos los Hermanos y Colaboradores de las tres Provincias por su compromiso y colaboración con todo el proceso que nos ha traído hasta aquí. No puedo nombrar a todos porque la lista sería interminable. Sí quiero citar a los Hnos. Julián Sánchez y Juan José Ávila que han liderado el proceso en las diversas etapas que hemos seguido.

Igualmente, a los Superiores Provinciales y sus Consejeros en las diversas etapas, por su apoyo e impulso al proceso, así como a los Hermanos y Colaboradores que han participado en la Comisión Interprovincial durante la primera etapa y al Consejo Delegado que ha llevado adelante la guía del proceso, así como a todos los Hermanos y Colaboradores que han participado en los diferentes grupos que se crearon para preparar la nueva Provincia.

Mi agradecimiento también a todos los técnicos, abogados, etc., en los diversos ámbitos, que nos han ayudado a encontrar las formas adecuadas para llevar adelante el proceso y la nueva Provincia. Muchas gracias a todos.

Recuerden siempre que lo que nos ha traído hasta aquí y lo que verdaderamente nos une y da sentido a todo lo que hacemos es la Hospitalidad, el servicio y la compasión con todos los que sufren, con un subrayado especial en la actualidad por los que están sufriendo la pandemia del coronavirus y sus consecuencias a todos los niveles. En todo ello estamos llamados a seguir creciendo y avanzando.

Finalmente, gracias al Gobierno de la nueva Provincia, al Superior Provincial y a los Consejeros, por aceptar este desafío y que esta tarde daremos a conocer. Les deseo el mayor acierto en sus decisiones y en su gobierno y animación de la nueva Provincia que está naciendo. Cuenten con mis oraciones y con la ayuda de todo el Gobierno General de la Orden.

Que el Señor, Nuestra Madre la Virgen del Patrocinio, san Juan de Dios, los santos y beatos de la Orden, muy especialmente los Beatos Mártires Hospitalarios de España, acompañen y bendigan a toda la querida Familia de san Juan de Dios de España en esta nueva etapa de la Orden, para ser fieles al sueño de Juan de Dios de servir a los enfermos y necesitados con la misma pasión y compasión con la que él les sirvió y se entregó a Dios Nuestro Señor.