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DIALOGA 25
01/ 02 DIALOGA 25. El carisma de la hospitalidad, un legado vivo.
01 | 02 El carisma de la hospitalidad, un legado vivo

Pascal Ahodegnon
Superior General. Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Roma (Italia)

En un mundo en constante cambio, marcado por desafíos sociales, éticos y tecnológicos sin precedentes, el legado de san Juan de Dios resuena con singular actualidad. Su llamamiento atemporal: «Haced el bien, hermanos, haced el bien» no es simplemente un mandato del pasado, sino un faro que guía nuestra acción contemporánea en el ámbito sanitario y social.

Hoy, me gustaría que esta reflexión retomara el carisma de la hospitalidad, explorando cómo sus principios fundacionales pueden iluminar y enriquecer nuestras prácticas profesionales.

Examinaremos sucesivamente:

  • cómo la centralidad de Cristo y la búsqueda de la verdad,
  • la misericordia y la compasión iluminadas por la razón,
  • y la solidaridad como compromiso compartido,

son pilares esenciales para afrontar los desafíos de nuestro tiempo.

También veremos:
cómo la fidelidad y el compromiso, lejos de ser limitaciones, pueden convertirse en fuentes de transformación y de gozo,
y cómo la fidelidad creativa es esencial para responder a las exigencias de nuestro mundo moderno.

El Carisma de la Hospitalidad: Un legado vivo

San Juan de Dios, cuya azarosa vida ilustra una transformación radical a través de un encuentro con el sufrimiento, nos ha dejado una llamada perpetua: «¡Haced el bien, hermanos, haced el bien!”

Este grito sincero aún resuena hoy, llamándonos a la acción transformadora, un legado de amor y de servicio que guía nuestro compromiso con el mundo de la salud y la asistencia social.

Es sobre la base de este legado que exploraremos los fundamentos de nuestra misión.

1. La centralidad de Cristo y la búsqueda de la verdad

La centralidad de Cristo, en la tradición hospitalaria de san Juan de Dios, no es una simple afirmación de fe, sino el fundamento de una visión del mundo en la que, cada persona, es mirada a través del prisma de la dignidad divina. Esta perspectiva ilumina la razón, animándola a buscar la verdad no solo en los hechos, sino también en el sentido profundo de la existencia humana. La búsqueda de la verdad se convierte así, en un proceso intelectual y espiritual, en el que la fe y la razón se complementan mutuamente para iluminar nuestra comprensión de la humanidad.

Este concepto de dignidad humana encuentra eco en la filosofía personalista, que afirma el valor único e inalienable de cada persona.

Pero ¿cómo se traduce esta centralidad en acciones concretas?

Referencias y ejemplos:
La doctrina social de la Iglesia Católica, arraigada en las enseñanzas de Jesucristo, enfatiza la dignidad intrínseca de todo ser humano. La encíclica “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II, por ejemplo, destaca la importancia de reconocer el valor de cada persona, independientemente de su condición social o estado de salud.

  • Ejemplo concreto: en un centro de acogida para personas sin hogar, este enfoque se traduce en un apoyo individualizado que tiene en cuenta las necesidades específicas de cada persona y respeta su dignidad.

Las enseñanzas de san Juan Pablo II, especialmente en su encíclica “Fides et Ratio”, enfatizan la importancia del diálogo entre la fe y la razón.

  • Ejemplo: un profesional de la salud que se enfrenta a dilemas éticos complejos, se apoya tanto en el conocimiento científico como en sus convicciones personales para tomar decisiones informadas.
2. Misericordia y compasión iluminadas por la razón.

La misericordia y la compasión no son simples emociones, sino virtudes activas que se manifiestan en actos concretos de solidaridad.

La razón desempeña un papel crucial en la estructuración de estos actos, garantizando que sean precisos, sostenibles y respetuosos con la dignidad de las personas atendidas. Esto implica una reflexión ética sobre las mejores prácticas de asistencia, una evaluación de las necesidades reales de las personas atendidas y la búsqueda de soluciones a largo plazo.

La razón evita el sentimentalismo, que puede ser perjudicial, y mantiene la acción proporcinada y adaptada a las necesidades reales.

Sin embargo, la acción individual no es suficiente: debe formar parte de una aproximación colectiva.

Referencias y ejemplos:
Las obras de misericordia, tal como las define la tradición cristiana, enfatizan la necesidad de actuar concretamente para aliviar el sufrimiento de los otros.

  • Ejemplo concreto: un grupo de voluntarios que organiza una labor de proximidad para distribuir comidas calientes y mantas a personas que viven en la calle.
  • Ejemplo: la gobernanza en nuestra Provincia, en nuestras obras, en los departamentos, etc., en nuestros comités de dirección:
  • Papa Francisco: «La Orden como experiencia de diálogo y discernimiento, escuchando al Espíritu y a los hermanos y colaboradores, sin ceder a la tentación de la autorreferencialidad, que los llevaría a encerrarse en sí mismos. Por favor, no hacer de la Orden Hospitalaria un ejército cerrado, una reserva cerrada. Dialoguen, debatan y planifiquen juntos, partiendo de vuestras raíces, del presente y el futuro de su vida y misión, escuchando siempre la voz de tantos enfermos y de quienes os necesitan, como lo hizo san Juan de Dios: un hombre apasionado por Dios y compasivo con el enfermo y el pobre»
3. Solidaridad, un compromiso compartido

La solidaridad es un principio fundamental de la ética social que nos invita a reconocer nuestra interdependencia y nuestra responsabilidad recíprocas. Implica construir comunidades inclusivas, donde todos se sientan respetados, apoyados y animados a participar en la vida colectiva.

La solidaridad trasciende las diferencias culturales, religiosas e ideológicas y nos invita a trabajar juntos por la justicia y la paz. La solidaridad también implica la noción de subsidiariedad, donde las decisiones se toman al nivel más adecuado, teniendo en cuenta las necesidades y capacidades de cada individuo.

Veamos ahora cómo se vive este compromiso en la vida diaria.

Referencias y ejemplos:
Agilidad en la toma de decisiones en nuestros comités de gestión. Ampliando el horizonte de la hospitalidad.

4. Fidelidad y compromiso: ¿Un deber o un camino hacia la transformación y la alegría?

El compromiso con la hospitalidad, lejos de ser una carga, es un camino hacia la realización personal y espiritual, una invitación a superarse a sí mismos por el bien de los demás. Esta invitación es tanto un deber como una fuente de alegría.

  • Fidelidad y compromiso como deber

La filosofía kantiana enfatiza el deber moral, que deriva de la razón y la voluntad de respetar la ley moral universal. Desde esta perspectiva, la fidelidad a nuestra misión carismática es un imperativo categórico, un deber que se nos impone independientemente de nuestras inclinaciones personales.

Paul Ricoeur, con su filosofía de la promesa, enfatiza la importancia de la fidelidad a la palabra dada, que es el fundamento de la confianza y la responsabilidad. Pero más allá del deber, hay gozo. 

Referencias y ejemplos:
Ética deontológica, que se concreta en códigos de conducta que definen los deberes y obligaciones morales de los trabajadores sanitarios y sociales.

  • Ejemplo concreto: un médico que respeta el secreto profesional y actúa en el mejor interés del paciente, incluso en situaciones difíciles.
  • Fidelidad y compromiso como fuente de alegría

El compromiso auténtico, nacido de una elección libre y consciente, es fuente de alegría profunda y duradera. Nos permite dar sentido a nuestras vidas, sentirnos útiles y contribuir al bien común.

En cuanto a nuestra espiritualidad, en particular, se hace hincapié en el gozo de dar, que surge del amor desinteresado y del servicio a los demás. Simone Weil, filósofa comprometida, habló del individuo arraigado en la lealtad a una causa que lo trasciende. Con estos fundamentos, ¿cómo podemos adaptarlos a los desafíos contemporáneos?

Referencias y ejemplos:
Abundan los testimonios de personas que han encontrado la felicidad sirviendo a los demás en los sectores sanitario y social.

  • Un ejemplo concreto: una enfermera de cuidados paliativos relata su satisfacción al acompañar a pacientes al final de sus vidas, ofreciéndoles una presencia reconfortante y un apoyo digno.

Las enseñanzas de la espiritualidad de san Juan de Dios enfatizan la alegría del amor y la entrega.

  • Ejemplo en la práctica: en una institución caritativa de inspiración religiosa, el personal encuentra en su fe una fuente de motivación y gozo, reflejada en una cálida acogida y una atención esmerada.
  • Fidelidad creativa: respondiendo a los desafíos contemporáneos

La fidelidad al espíritu de hospitalidad requiere una adaptación constante a las realidades cambiantes del mundo, la capacidad de innovar y encontrar nuevas respuestas a los desafíos contemporáneos. Esta adaptación requiere una transformación interior.

  • Cultivar una espiritualidad profunda y reflexiva

Frente a los desafíos de la secularización y el individualismo, es esencial cultivar una vida espiritual auténtica, arraigada en la oración, la meditación y el compartir comunitario. Esta espiritualidad debe estar informada por la razón, ser capaz de discernimiento crítico y dialogar con el mundo contemporáneo.

San Juan Pablo II insiste en la importancia de la evangelización de la cultura, que implica un encuentro entre la fe y las realidades del mundo. Esta espiritualidad nutre nuestra apertura a los demás.

Referencias y ejemplos:
Iniciativas de diálogo interreligioso que promueven el entendimiento y la cooperación.

  • Ejemplo concreto: reuniones interreligiosas organizadas en centros sanitarios para fomentar el diálogo entre profesionales y pacientes de diferentes confesiones.
  • Promover una cultura de encuentro y diálogo

La hospitalidad implica apertura a los demás, respeto por las diferencias y el deseo de tender puentes entre culturas y generaciones. Esto requiere escucha activa, empatía y la capacidad de superar prejuicios y estereotipos.

El diálogo intercultural e interreligioso es esencial para la paz y el entendimiento mutuo. Respetar las diferencias también implica aceptar la secularización y redefinir el lugar de la religión. Finalmente, nuestra lealtad se traduce en acciones concretas e innovadoras.

Referencias y ejemplos:
Iniciativas de diálogo intercultural e interreligioso implementadas por diversas organizaciones.

  • Ejemplo concreto: en una residencia multicultural para personas mayores, se organizan convivencias y actividades interculturales.

Programas de educación para la paz y la tolerancia que promueven el respeto por los derechos humanos.

  • Ejemplo concreto: Intervenciones en escuelas o en el sistema educativo para explicar los efectos nocivos de la discriminación y la importancia del respeto.
  •  Desarrollo de respuestas innovadoras y sostenibles

La adaptación a los cambios sociales y tecnológicos debe ir acompañada de una ética centrada en el bienestar humano. Debemos evitar la exclusión y la acentuación de las desigualdades y, sobre todo, crear espacios seguros.

La ecología integral considera las interconexiones sociales y ambientales. La integración de la sostenibilidad y la tecnología requiere replantear los servicios e involucrar a las personas vulnerables.

Concluimos recordándoles que nuestra fidelidad creativa es un compromiso continuo con un mundo más justo y humano.

Referencias y ejemplos:
Proyectos de energía renovable implementados por organizaciones humanitarias para mejorar el acceso a la energía.

  • Ejemplo concreto: la instalación de paneles solares en centros de salud para suministrar electricidad a equipos médicos.

Programas de telemedicina para mejorar el acceso a la atención médica en zonas remotas.

  • Ejemplo práctico: la creación de consultas médicas a distancia.

La encíclica del Papa Francisco «Laudato Si’», que insta a una conversión ecológica y a una economía sostenible.

  • Ejemplo concreto: un hospital que implementa un plan de gestión ambiental.

Modelos de economía circular que reducen los residuos y promueven la reutilización. Organizaciones que implementan planes de gestión ambiental.

  • Ejemplo concreto: la sustitución gradual de bombillas por bombillas de bajo consumo.

Todas las iniciativas tienen como objetivo crear espacios seguros para los destinatarios de nuestra misión y para el personal sanitario.

Conclusión

En conclusión, el legado de san Juan de Dios nos recuerda que la hospitalidad no es solo una práctica, sino una verdadera vocación, un camino de transformación personal y social.

En un mundo con muchos desafíos complejos, es esencial cultivar una fidelidad creativa, capaz de adaptarse a realidades en constante cambio, sin perder la base de los valores fundamentales de nuestra misión.

Esto implica desarrollar una espiritualidad profunda y reflexiva, promover una cultura de encuentro y de diálogo, e implementar respuestas innovadoras y sostenibles.

Siguiendo estos principios, podemos contribuir a la construcción de un mundo más justo, más humano y más fraterno, donde cada persona sea reconocida en su dignidad y acompañada por la compasión. En mi opinión, solo siendo fieles a estos principios podremos encarnar nuestra misión carismática de la Hospitalidad.

El Papa Francisco a los participantes del Capítulo General de 2019: Misión compartida: Esto es verdaderamente urgente, no solo porque experimentamos una escasez de vocaciones, sino porque nuestros carismas son dones para toda la Iglesia y el mundo. Independientemente del número y la edad, el Espíritu siempre inspira una renovada fecundidad que surge a través de un discernimiento adecuado y fomenta la formación conjunta, para que religiosos y laicos tengan un corazón misionero que se alegre al experimentar la salvación de Cristo y la comparta como consuelo y compasión, incluso a riesgo de ensuciarse en el barro de la calle (cf. Evangelii Gaudium, 45).

¡Muchas gracias!