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04 | Num.328
Las fake news,
y el papel de las bibliotecas de ciencias de la salud

María Costa Marín
Bibliotecaria-documentalista.
Àrea de Salut d’Eivissa i Formentera, Eivissa. Balears.

Ana M. Merino Márquez
Bibliotecaria-documentalista y Coordinadora.
Biblioteca Sant Joan de Déu, Fundació de Recerca Sant Joan de Déu, Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Esplugues de Llobregat. Barcelona.

Marcos Catalán Vega
Bibliotecario-documentalista.
Biblioteca Sant Joan de Déu, Fundació de Recerca Sant Joan de Déu, Parc Sanitari Sant Joan de Déu. Sant Boi de Llobregat. Barcelona.

La múltiple oferta de vías comunicativas y fuentes de información favorece el aumento de la desinformación. La ciudadanía se enfrenta al difícil cometido de evaluar la fi abilidad y validez del ingente volumen de información que circula por Internet, a lo que se añade la aparición de noticias falsas o fakes news. La utilización de fuentes no fiables a la hora de manejar información sobre salud puede llevar a tomar decisiones de consecuencias negativas. Las bibliotecas y los profesionales de la información y documentación juegan un papel esencial en el diseño de intervenciones que fomenten el pensamiento crítico, aprender a evaluar las fuentes informativas y fomentar el uso responsable de redes sociales.
Estos son los objetivos de la Iniciativa Agenda, que nace para construir y ofrecer servicios dirigidos a pacientes, familias y sociedad en general, para evitar la exposición y el consumo de información no contrastada en materia de salud.
 
Palabras clave: Noticias falsas, Alfabetización informacional, Alfabetización en salud, Bibliotecas de ciencias de la salud.
The large number of communication paths and information sources encourages the disinformation increase. Citizens face with the difficult mission to evaluate the reliability and the validity of the vast amount of information that can be found on internet, apart from the emergence of fake news. The use of non reliable sources when managing health information can lead the citizens to take decisions with negative consequences. Libraries and media and documentation professionals play an essential role in the design of interventions that promote the critical thinking, the information sources evaluation and the responsible use of social networks.
These are the main aims of Agenda, an initiative born to construct and offer information services to patients, families and the whole society, to avoid their exposition and consumption of non-contrasted information in terms of health.
 
Keywords: Fake news, Computer literacy, Health literacy, Libraries of health sciences.

01 | Aumento de desinformación en la red

El diccionario de Cambridge define fake news como historias falsas que aparentan ser noticias, difundidas en Internet o usando otros medios, generalmente creadas para influir en opiniones políticas o como una broma. Wikipedia describe este concepto de manera mucho más amplia describiéndolo como

“un tipo de bulo que consiste en un contenido pseudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación”. 

Las noticias falsas no son un fenómeno nuevo. La difusión de información sin contrastar ha existido desde los tiempos más remotos, aunque fue en el siglo XIX con el crecimiento de los medios escritos, cuando empezaron a surgir tal y como se conocen actualmente (Parra y Oliveira, 2018). Más tarde, el creciente uso de Internet y el avance de las nuevas tecnologías han favorecido el surgimiento de nuevas vías de comunicación y expresión, nuevas maneras de encontrar y acceder a la información y nuevas herramientas de difusión que han roto las cadenas de edición y publicación clásicas y, por lo tanto, también los procesos de verificación y validación de los contenidos.

En España, un 72,2% de la población recibe o envía correos electrónicos, el 55,1% llama por teléfono o realiza videollamadas a través de Internet –por ejemplo WhatsApp-, el 58,6% participa en redes sociales -Facebook, Instagram, etc.-, el 85,1%  utiliza mensajería instantánea –WhatsApp, Instagram-, el 71,1% lee noticias, periódicos o revistas de actualidad on-line y el 67,1% busca información sobre temas de salud (Instituto Nacional de Estadística, 2019).

las fake news

La múltiple oferta de vías comunicativas y fuentes de información favorece el aumento de la desinformación que circula por la red. Ésta puede haber sido generada por errores periodísticos, discursos políticos partidistas, el uso de titulares como cebo para acceder a determinados contenidos (clickbaits) u otras formas más graves como la fabricación maliciosa de información, la infiltración de grupos o la utilización de técnicas de amplificación automatizada (Comisión Europea, 2018).

La circulación de noticias falsas no solo va ligada a la producción de la información, sino también al hecho de publicar, comentar, twittear, retwittear o compartir contenido no contrastado.

La creciente desconfianza en los expertos, amparada en la creencia de que cualquiera puede saber y opinar sobre cualquier tema con solo buscarlo en Internet, también contribuye a la amplificación de noticias falsas, además de favorecer la difusión de opiniones en detrimento de la evidencia y los hechos.

Otro factor que influye en el aumento de noticias falsas e información no fiable es el modelo actual en el que los flujos de información se encuentran activos durante las 24 horas y las redes sociales se convierten en referencia para mantenerse al día.

Además de impedir la verificación de muchas noticias que corren por la red, este flujo informativo facilita un consumo rápido de información, provocando que los internautas no vayan más allá del titular, sin profundizar en los temas.

Por otro lado, a causa de la personalización de los recursos, los usuarios reciben lo que les interesa leer, consumiendo, compartiendo y dando credibilidad a la información que encaja con su visión del mundo (Caridad-Sebastián et al., 2018; López-Borrull et al., 2018).

02 | Alfabetización informacional y alfabetización en salud

La alfabetización informacional es una de las alternativas para paliar el fenómeno de las fake news (Parra y Oliveira, 2018). Se define como “la capacidad de pensar de forma crítica y emitir opiniones razonadas sobre cualquier información que encontremos y utilicemos” e “incluye un conjunto de habilidades y capacidades que todas las personas necesitamos para realizar tareas relacionadas con la información: como, por ejemplo, cómo descubrirla, acceder a ella, interpretarla, analizarla, gestionarla, crearla, comunicarla, almacenarla y compartirla”.

Y más allá, incluye la comprensión de los aspectos “éticos y legales relacionados con el uso de la información, incluyendo la privacidad, protección de datos, la libertad de información, el acceso abierto/los datos de libre acceso y la propiedad intelectual” (Information Literacy Group, 2020). 

Esta alfabetización cobra aún mayor importancia en el ámbito de la salud, especialmente a partir del cuestionamiento del modelo paternalista. Actualmente, los sistemas sanitarios dan un papel cada vez más activo a pacientes y familiares a la hora de tomar decisiones que afectan a su salud (Cañete, Guilhem y Brito, 2013; Emanuel y Emanuel, 1999), por lo que es importante que los recursos a los que accedan sean fiables y de calidad, para evitar que estas búsquedas causen interferencias o desconfianza entre pacientes y familias respecto a los profesionales sanitarios.

O, aún peor, que les lleve a tomar decisiones erróneas o perjudiciales, derivadas de utilizar fuentes de poca o nula calidad.

En 2016 Pew Internet Research Center realizó un estudio sobre el compromiso de los estadounidenses con las bibliotecas y sus recursos. Uno de los datos relevantes extraído en uno de sus análisis fue que seis de cada diez adultos (61%) consideraban que su toma de decisiones mejoraría si recibieran capacitación sobre cómo encontrar información de confianza en línea. Por otro lado, la mayor parte de los estadounidenses consideraban útiles las bibliotecas para satisfacer sus necesidades de información (Geiger, 2017).

Los usuarios están expuestos a una gran cantidad de fuentes informativas, sobreinformación e información no fiable. Los ciudadanos requieren de herramientas para fomentar el pensamiento crítico y ser capaces de elaborar argumentos lógicos, evaluando críticamente las fuentes de información.

Por otro lado, resulta necesario reforzar prácticas para el uso responsable de redes sociales (Comisión Europea, 2018; Niedringhaus, 2018). 

03 | El papel de las bibliotecas

La crisis sanitaria de la COVID-19 ha provocado un aumento exponencial de la información (científica o pseudocientífica) disponible (Brainard, 2020) y de personas que utilizan fuentes no del todo confiables para informarse (Newman et al., 2020). Las bibliotecas de ciencias de la salud se han esforzado para coordinarse en la búsqueda, recopilación y difusión de la información basada en la mayor evidencia disponible, para ponerla a disposición del personal sanitario asistencial y el personal académico e investigador, con el fin de cubrir sus necesidades de información actualizada.

Las bibliotecas de ciencias de la salud, por su experiencia a la hora de seleccionar, recopilar, conservar y difundir información, tienen la capacidad de dotar a sus usuarios de conocimientos, herramientas y competencias para discernir entre fuentes fiables y no fiables, además de localizar y evaluar la información de manera eficaz, contribuyendo a mejorar las decisiones de las personas. 

Existen diversas iniciativas en este sentido en todo el mundo (International Federation of Library Associations and Institutions, 2020), entre las que cabe destacar la iniciativa la iniciativa española #AyudaBiblioteca (Domínguez-Aroca, 2020). En dicha iniciativa participan 90 bibliotecarios del ámbito sanitario. Gestionaron, al inicio de la crisis sanitaria, más de 1100 documentos que se encontraban libremente y en abierto, poniéndolos a disposición de toda la comunidad hasta que las limitaciones impuestas por algunas editoriales científicas obligaron a eliminar aquellos registros que no podían seguir en abierto. Actualmente continúan trabajando en red, compartiendo conocimiento y experiencias. 

El reto que se plantea actualmente es el de trasladar estos conocimientos a la ciudadanía en general, es decir, favorecer la alfabetización informacional de la comunidad, contribuyendo a potenciar la conciencia y comprensión de los medios y la información disponible en la red a través de (Caridad-Sebastián et al., 2018; López Burrull et al., 2018):

  • Difusión de criterios para evaluar noticias y fuentes de información,
  • Recomendación de fuentes acreditadas,
  • Reducción de la redifusión de noticias dudosas,
  • Difusión de bases de datos y recursos especializados,
  • Creación de servicios de soporte bibliotecario,
  • Elaboración de guías temáticas,
  • Conocimiento de sitios web para comprobar hechos (fact-checkers).

En este sentido, una de las organizaciones más relevantes en el mundo bibliotecario, la International Federation of Library Associations and Institutions (2020), ha lanzado la iniciativa “How to Spot Fake News”, basada en el proyecto FactCheck.org (Kiely y Robertson, 2016), y centrada en ofrecer materiales de concienciación sobre la necesidad de las bibliotecas de ayudar a sus usuarios y comunidades a utilizar el pensamiento crítico como aspecto clave en su alfabetización no sólo en salud, sino mediática e informacional. 

En cualquier caso, el personal bibliotecario necesita formación al respecto. A pesar de que la base y el bagaje profesional capacita y ayuda a ser proveedores (con)fiables y seguros de información de salud en la comunidad, con la posibilidad de ofrecer una línea de servicios al respecto, no está de más conocer iniciativas como las que integran la “Consumer Health Information Specialization” de la Medical Library Association (2020).

Dicha iniciativa es un conjunto de acciones formativas dirigidas, principalmente, a bibliotecarios especializados en ciencias de la salud, pero también a compañeros de bibliotecas públicas.

Se organiza a través de sesiones de formación sobre comunidades de usuarios, tecnologías y recursos de información interesantes, y se complementa también con el trabajo en competencias de alfabetización sanitaria, en evaluación y difusión de la información, y en aspectos éticos y legales.

04 | Iniciativa Agenda, actitud crítica y toma de decisiones en salud

Ante el riesgo de que pacientes y familias puedan tomar decisiones respecto a su salud basadas en informaciones externas a los centros y de calidad más que discutible (Vázquez y Martínez, 2016), y con el ánimo de paliar esta problemática, profesionales de las bibliotecas de Sant Joan de Déu y del Àrea de Salut d’Eivissa i Formentera ponen en marcha la “Iniciativa Agenda” (AGainst fakEs and Digital gAp).

Iniciativa Agenda (www.iniciativaagenda.org) nace con el objetivo de diseñar intervenciones dirigidas a fomentar la actitud crítica ante la información sobre salud en Internet, construyendo y ofreciendo servicios dirigidos a pacientes y familias, pero también a la sociedad en general.

Las bibliotecas de los centros sanitarios pueden ayudar a fomentar esta actitud crítica, al estar especializados en ofrecer a sus usuarios (profesionales de la salud) recursos de calidad y actualizados para sus actividades asistenciales, docentes, formativas e investigadoras. Al mismo tiempo, la colaboración con los profesionales sanitarios puede derivar en el diseño de servicios de información y formativos dirigidos a la población que ayuden a fomentar su actitud crítica y, en consecuencia, a tomar mejores decisiones en lo referente a su salud. 

Trascendiendo el ámbito sanitario, la complicidad con la biblioteca pública es crucial para llevar más lejos este objetivo, a través del diseño de una estrategia común para fomentar el espíritu crítico en el consumo de información por parte de la ciudadanía.

Bibliografía

Brainard, J. (2020). Scientists are drowning in COVID-19 papers. Can new tools keep them afloat?. . https://www.sciencemag.org/news/2020/05/scientists-are-drowning-covid-19-papers-can-new-tools-keep-them-afloat

Cañete, R., Guilhem, D., y Brito, K. (2013). Paternalismo médico. Revista Médica Electrónica, 35(2), 144-152. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242013000200006

Caridad-Sebastián, M., Morales-García, A. M., Martínez-Cardama, S., y García-López, F. (2018). Infomediación y Posverdad: el papel de las bibliotecas / Infomediation and Post-truth: the role of libraries. El Profesional de la Información, 27(4), 891. https://recyt.fecyt.es/index.php/EPI/article/view/epi.2018.jul.17

Comisión Europea. (2020). Lucha contra la desinformación.  https://ec.europa.eu/info/live-work-travel-eu/health/coronavirus-response/fighting-disinformation_es#recursos-e-instrumentos-online

European Comission. (2018). A multi-dimensional approach to disinformation : report of the independent high level group on fake news and online disinformation. Luxembourg: Publications Office of the European Union.

Domínguez-Aroca, M. I., y Grupo #AyudaBiblioteca. (2020). Cooperación de profesionales de las bibliotecas de Ciencias de la Salud como respuesta a la pandemia de la Covid-19. Profesional de la información, 29(4). http://www.elprofesionaldelainformacion.com/contenidos/2020/jul/dominguez-ayudabiblioteca.pdf 

Emanuel, E. J., y Emanuel, L. L. (1999). Cuatro modelos de la relación médico-paciente. http://rlillo.educsalud.cl/Curso%20Transv%20Bioetica%202012%20/Emanuel%20E.%20Cuatro_modelos_relacion_M-P.pdf

Geiger, A. W. (30 agosto 2017). Most Americans – especially millennials – says libraries can help them find reliable, trustworthy information [Mensaje en un blog]. https://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/08/30/most-americans-especially-millennials-say-libraries-can-help-them-find-reliable-trustworthy-information/

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Information Literacy Group (ILG) de CiLIP. (2020). Definición de alfabetización informacional de CILIP. Anales de Documentación, 23(1). https://revistas.um.es/analesdoc/article/view/373811/277781

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Instituto Nacional de Estadística (INE). (2019). Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares. https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176741&menu=resultados&idp=1254735976608

Kiely, E., y Robertson, L. (18 noviembre 2016). How to Spot Fake News [Mensaje en un blog]. https://www.factcheck.org/2016/11/how-to-spot-fake-news/

López-Borrull, A., Vives-Gràcia, J., y Badell, J. I. (2018). ¿Amenaza u oportunidad para los profesionales de la información y la documentación?. El profesional de la información, 27(6), 1699-2407. http://www.elprofesionaldelainformacion.com/contenidos/2018/nov/17.pdf

Newman, N., Fletcher, R., Schulz, A., Andı, S., y Kleis Nielsen, R. (2020). Reuters Institute Digital News Report. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2020-06/DNR_2020_FINAL.pdf 

Niedringhaus, K. L. (2018). Information Literacy in a Fake/False News World: Why Does it Matter and How Does it Spread?. International Journal of Legal Information, 46(2), 97–100.

Medical Library Association (MLA). (2020). Consumer health information specialization. https://www.mlanet.org/p/cm/ld/fid=329 

Parra Valero, P., y Oliveira, L. (2018). Fake News: una revisión sistemática de la literatura. Observatorio (OBS*), special issue, 54-78. http://obs.obercom.pt/index.php/obs/article/view/1374/pdf

Vázquez Martínez, R., y Martínez López, M. (2016). Estudio sobre opiniones y expectativas de los ciudadanos sobre el uso y la aplicación de las TI en el ámbito sanitario Edición 2015. Los pacientes y la e-Sanidad. Madrid: Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información. https://www.ontsi.red.es/sites/ontsi/files/los_ciudadanos_ante_la_e-sanidad.pdf