Tenemos que preguntarnos si no se ha pasado del espíritu del Buen Samaritano, al de un “cyberdoctor” para quien todo está permitido.
El proceso de comunicar implica que los pacientes puedan ser capaces de formular todas las preguntas que les permitan clarificar las dudas sobre su salud. Bajo este principio, el autor nos orienta en la importancia que tiene la comunicación entre médicos y pacientes.